el Modelo de Responsabilidad Personal y Social (MRPS)

Como se ha comentado anteriormente, el objetivo que se pretende con esta hibridación metodológica es que los estudiantes logren desarrollar valores mediante la actividad física y el deporte. También se pretende que los estudiantes adquieran un rol protagonista en las sesiones, siendo los encargados de dar respuesta a los problemas tácticos planteados durante las sesiones, así como la resolución pacífica de conflictos, el trabajo en equipo y que reflexionen sobre los aspectos tácticos que surgen durante los juegos deportivos para desarrollar el pensamiento crítico y la autonomía. En cuanto a la estructura de sesión, se propone una adaptación de la propuesta originalmente por cada modelo pedagógico (Bunker y Thorpe, 1983; Hellison, 2011), al comprobar que incluir muchos momentos de sesión puede provocar confusión en los docentes y disminuir tiempo de práctica deportiva. Por lo tanto, la adaptación consiste en la unificación de ambas estructuras de sesión para que su aplicación sea factible en el contexto escolar (ver Tabla 1): 1) Toma de conciencia (5-6 minutos). En primer lugar, se comienza la sesión reuniendo a los estudiantes en un punto de encuentro donde se tratan 3 aspectos principales: a) el objetivo táctico técnico de la sesión; b) explicación y lluvia de ideas acerca del nivel de responsabilidad que se va a trabajar; y c) hacer preguntas reflexivas donde los estudiantes puedan exponer sus conocimientos previos o cómo contribuyen en casa o fuera del contexto escolar al desarrollo del nivel en concreto que se va a trabajar en la sesión. 2) Responsabilidad en acción (40-45 minutos). Es el grueso de la sesión donde se lleva a cabo la práctica motriz y se crean las condiciones para promover los valores y objetivos de responsabilidad personal y social. En esta fase se engloban algunas de las fases de la estructura del MEC: a) juego modificado en situación global (9-10 minutos), se propone un juego deportivo por exageración o representación que permita presentar a los estudiantes los problemas tácticos en los que queremos incidir en esta sesión; b) conciencia táctica (5-6 minutos), se aprovecha para la hidratación y para la reflexión sobre las situaciones jugadas acontecidas en la fase de “juego modificado” para ofrecer respuestas a los problemas tácticos encontrados mediante preguntas guiadas a los estudiantes, por ejemplo: ¿por qué no conseguíamos llegar al área rival?, ¿qué debemos hacer para recibir la pelota en una mejor situación?; c) ejecución de las habilidades táctico-técnicas (7-8 minutos), se propone una tarea correctiva de aquellos errores encontrados en la situación global, para enfocar los aspectos que se quieren trabajar de forma específica o aislada, donde se proponen una serie de metas táctico-técnicas para aplicar posteriormente en la práctica global y que exista una mejoría sustancial; y d) retorno a la situación global (15-20 minutos), una vez que se han trabajado de forma aislada los problemas planteados durante el primer juego modificado, se repite el primer juego o se realiza una variante de este, para que los estudiantes sean capaces de aplicar los conocimientos que han adquirido durante las distintas fases y sean capaces de percibir los cambios. Durante esta fase que tiene una mayor duración, se pueden hacer pequeñas pausas para concienciar o reflexionar con los estudiantes, haciéndoles partícipes del proceso, involucrando su toma de decisiones y ofreciendo feedback sobre aquellos aspectos que estaban funcionando como aquellos que se debían cambiar o mejorar. 3) Encuentro de grupo y reflexión (9-10 minutos). Tiene lugar una vez acabada la actividad física en la sesión, los estudiantes se reúnen sentados en círculo en el punto de encuentro establecido (esta rutina puede cambiar en función de las preferencias del docente). En este momento de la sesión se dedica un tiempo para exponer ideas, opiniones de la sesión, conflictos surgidos,

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