el Modelo de Responsabilidad Personal y Social (MRPS)
5. Consideraciones para su puesta en práctica A nivel general, algunos de los aspectos que podemos identificar para poder desarrollar esta SA de forma eficaz son: a) Los objetivos de aprendizaje seleccionados en cada nivel son elementos clave para garantizar la fidelidad de la implementación y la comprensión del MRPS. b) El MRPS es flexible y permite que las sesiones se puedan planificar en función de las necesidades y los comportamientos que muestre el alumnado. c) Los contenidos de la asignatura de EF deben estar alineados con cada uno de los niveles del MRPS y adaptarse a la edad y al contexto social del alumnado. d) Las diferencias sociales y culturales del alumnado, así como la falta de motivación pueden convertirse en barreras para desarrollar la SA. e) La formación del docente, su seguimiento y apoyo tiene una incidencia clara en la mejora y la fidelidad de la implementación de la SA. f) La estructura y las estrategias del MRPS son claras para el alumnado, aunque puede encontrarse dificultades en conceptos como la autodirección y los niveles de transferencia. Igualmente, a pesar de que el modelo busca el protagonismo del alumnado en cuanto a su capacidad de ejercer la responsabilidad y la toma de decisiones, la figura del docente es clave en el nivel de motivación y en la creación de un ambiente respetuoso. Muchos de los resultados positivos de los programas basados en el MRPS se atribuyen a la atmósfera que se crea en la clase y a las diferentes estrategias de enseñanza que utilizan los conductores del programa (Escartí et al., 2018; Walsh et al., 2010). Por ello, en la enseñanza de la responsabilidad, los profesores deben ser modelos de respeto, dar voz a los estudiantes, potenciarles la autonomía y el liderazgo, y procurar que todos experimenten éxito en las tareas que emprenden. Por lo tanto, la toma de decisiones ya no es un hecho unidireccional, sino que es el propio alumnado el que toma un rol protagonista al respecto, con el riesgo de que en determinadas ocasiones pueda hacer un uso inadecuado de él. Sin embargo, si queremos que desarrollen su responsabilidad, hay que dar oportunidades para que así sea. El proceso de transferencia de la responsabilidad y el control hacia el alumnado es gradual y progresivo a lo largo del modelo. A medida que avanza, la participación e implicación del alumnado en clase será mayor. Otro aspecto fundamental en la puesta en práctica de la SA es el papel fundamental que se le otorga a la transferencia. De hecho, el nivel V se aplicará desde el inicio. Hay que tener en cuenta que para que se produzca la generalización se ha de dar un factor fundamental como es el resultado de la conducta. Si el alumnado piensa que una conducta le trae buenos resultados es más probable que la generalice a otros contextos para obtener los mismos buenos resultados que si la consecuencia de una conducta es negativa (Bandura, 1977). Por otra parte, resulta igualmente necesario ajustar o alinear la propuesta didáctica del MRPS con los elementos curriculares que cumplan con la legislación vigente reflejada en las normas que regulan el sistema educativo.
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