el Modelo de Responsabilidad Personal y Social (MRPS)
otro nivel de responsabilidad. Además, otras posibilidades como rúbricas son idóneas para compartir dicha información con el alumnado y con sus familias. De igual modo, se ofrecen instrumentos para la valoración del proceso de enseñanza, dirigidos a obtener información sobre la implementación de los elementos definitorios del MRPS, tanto hacia la aplicación de las estrategias generales como específicas de cada nivel, sin olvidar la gestión de los conflictos. Por último, otro grupo de instrumentos que aparecen van destinados a obtener información sobre la propia práctica docente, ayudando al profesorado a analizar su nivel de ajuste con elementos definitorios del MRPS. Concluyendo este apartado, consideramos importante destacar la necesidad de establecer mecanismos para dar información continua durante todo el proceso. En este sentido, tanto en las fases iniciales y finales de la sesión, así como de modo continuo durante el desarrollo de las sesiones, se hace necesario hacer conscientes y partícipes a los estudiantes a través de feedback afectivo y social, relacionados con el nivel de responsabilidad promocionado. Por otro lado, paneles visibles en el pabellón o zona de encuentro con el alumnado, de modo individual, o al grupo, de forma general, serían otras opciones interesantes. Otra acción para compartir información podrían ser el registro y validación por parte del docente en un pasaporte o carné individual que custodia cada estudiante, la entrega de diplomas, insignias o reconocimientos sobre el nivel de competencia demostrado por el estudiante tras un tiempo de intervención. Además, dicha información podría ser compartida con las familias u otros estamentos del centro que estén participando en la implementación del MRPS, como podría ser el Departamento de Orientación o el equipo directivo del Centro Educativo. Como se puede apreciar, las opciones son múltiples, pero lo que sí es definitorio es implicar a los estudiantes en la gestión de su proceso de aprendizaje, siendo la evaluación con carácter formativo y compartido un elemento clave para ello. 3.4. Secuencia didáctica Como se estableció en el subapartado 3.1., se estructurará la presentación de la secuencia didáctica en dos apartados: un planteamiento general de aplicación y un planteamiento específico por niveles. 3.4.1. Planteamiento general de aplicación Antes de iniciarnos en el trabajo específico de cada uno de los niveles, es necesario que el profesorado esté formado en la filosofía y elementos definitorios del MRPS. Además, debería ser capaz de responder a determinadas preguntas: ¿para qué voy a implementar el MRPS?, ¿qué espero del alumnado con la aplicación de las estrategias definitorias del MRPS?, ¿qué contexto de aplicación voy a afrontar?, ¿tienen experiencias previas los estudiantes en relación con el MRPS?, entre otras. Además de lo anterior, se presentan unas recomendaciones generales para su aplicación, independientemente del nivel promocionado: a) Tener paciencia a la hora de iniciarse en la implementación de este modelo pedagógico. Como todos los modelos pedagógicos, son propuestas de aplicación a largo plazo, aplicando una filosofía de intervención que busca generar climas de aulas positivos. b) Antes de comenzar, explicar a los estudiantes la implementación de los elementos definitorios. c) Dar visibilidad a los comportamientos esperados. Para ello, se puede plantear el desarrollo de carteles y paneles que recojan los elementos definitorios de cada uno de los niveles (ver Capítulo 2 de este libro).
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