el Modelo de Responsabilidad Personal y Social (MRPS)
en la que el alumnado con el rol de observador tiene responsabilidad directa en el juego y en el comportamiento de sus compañeros. En el caso de surgir conflictos durante la actividad, abordarlos al final de la sesión puede ser una buena estrategia. En caso de ser más grave, otras opciones como el banquillo del diálogo podrían ser consideradas. Tras el tiempo de práctica, se establece rotación en los roles, pasando uno de los equipos que estaba jugando a adquirir el rol de observador. No obstante, antes de la rotación, el docente dinamiza un momento para el diálogo y la evaluación, promoviendo el feedback entre el alumnado. 4) Encuentro de grupo. Momento de la sesión en el que el profesorado debería hacer balance de la sesión pudiendo dinamizar un debate o intercambio de ideas con los estudiantes, teniendo siempre presentes aquellos comportamientos o conductas que han sido reseñables durante la sesión y que deberían ser modelados. De igual modo, es un momento ideal para ofrecer feedback afectivo y social sobre conductas positivas y que deberían ser mantenidas. 5) Evaluación. En esta fase de la sesión varias opciones son posibles, en función de los procesos de evaluación que se quieran implementar. Cierto es que existe consenso de que se le debe ofrecer al alumnado la posibilidad de participar en la evaluación, mediante la técnica del pulgar , ya sea mediante la autoevaluación, coevaluación o heteroevaluación. Nos gustaría resaltar que lo que se debería plantear para la evaluación son cuestiones relacionadas con las expectativas fijadas en los estudiantes al inicio de la sesión, facilitando así que estos identifiquen claramente lo que se espera de ellos. Además, volver aquí sobre las expectativas fijadas sobre el nivel que estamos trabajando, ayuda a los estudiantes en el proceso de evaluación. Teniendo en cuenta lo anterior, es un momento idóneo para que el profesorado dinamice, a través de cuestiones, la evaluación por parte de los estudiantes, teniendo estos que manifestar su cumplimiento estable (pulgar hacia arriba), cumplimiento intermitente y mejorable (pulgar en horizontal) o no cumplimiento (pulgar hacia abajo). En caso de que, tanto el profesorado como el alumnado, detecten que un estudiante o varios no ajustan la evaluación a la realidad manifestada durante la sesión, es un momento precioso para fomentar el debate y tratar de consensuar lo observado. En este sentido, este tipo de dinámicas, aplicadas de modo consistente durante las sesiones, logran introducir al alumnado en un ambiente de respeto hacia las expectativas que se fijan al inicio de la sesión, en base al nivel de responsabilidad que se esté promocionando. Finalmente, nos gustaría volver a recordar la necesidad de fomentar la transferencia durante todo momento , planteando al alumnado ejemplos de la vida real donde deberían o podrían aplicar dichas competencias que van adquiriendo. Ejemplos de preguntas para la reflexión, relacionadas con el nivel I: ¿Qué deberías hacer cuándo el docente o un compañero/a habla?, ¿Levantas la mano para intervenir en clase? ¿Has trabajado sin interrumpir a los demás?, ¿Qué comportamientos de respeto has observado en la sesión o has aplicado fuera del instituto?, ¿Cómo te sentiste en esa situación?, ¿Creéis que es importante el respeto para la vida cotidiana?, ¿Cómo un grupo puede ser respetuoso?, ¿Cómo podemos hacer para respetar las normas?, ¿De qué sirve respetarnos?, ¿Cómo debemos hablar para respetarnos? ¿Qué sucede cuando un compañero/a no respeta las normas de la tarea? ¿Cómo actúas si observas un comportamiento inadecuado? ¿Sabes gestionar un conflicto con otro compañero? ¿Qué estrategias puedes aplicar?
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