el Modelo de Responsabilidad Personal y Social (MRPS)

sus necesidades. Finalmente, la transferencia es el objetivo final de un programa MRPS, ya que este es el punto en el que se espera que los estudiantes transfieran los valores del programa a áreas fuera del entorno del programa (es decir, aula, hogar, vecindario). El MRPS presenta cinco valores u objetivos fundamentales (Hellison, 1995, 2003, 2011): I) respeto por los derechos y sentimientos de los demás; II) participación y esfuerzo; III) autodirección; IV) ayuda a los demás y liderazgo; y V) Transferencia de los aprendizajes a otras áreas de la vida. Estos valores pueden cultivar factores protectores para aumentar la resiliencia en los niños (Martinek y Hellison, 1997). Hellison (2011) indicó que los niños pueden moverse entre los niveles uno y cuatro en cualquier día, con la esperanza de que se vuelvan progresivamente más responsables a medida que mantengan su participación y compromiso en el programa (Gordon, 2020). El programa MRPS presenta un plan flexible de sesión que incluye un tiempo relacional (es decir, saludar al estudiante al entrar al gimnasio e identificar su estado emocional), charla de concienciación (es decir, informar a los participantes sobre los valores del MRPS, establecer objetivos de aprendizaje y fijar expectativas), el plan de actividad física (es decir, enseñar contenidos como actividades en el medio natural, expresión corporal o deportes como el baloncesto), tiempo de grupo (es decir, reflexionar y discutir sobre las actividades en un formato grupal) y tiempo de reflexión (es decir, reflexionar y discutir sobre los comportamientos de uno mismo y de los demás durante la actividad, así como discutir de la transferencia de los aprendizajes a áreas fuera del gimnasio en un formato grupal) (Hellison, 1995, 2003, 2011). Este formato es vital para la eficacia del programa MRPS, ya que involucra a los niños en actividades físicas y discusiones para que tengan la oportunidad de participar en comportamientos prosociales y darle significado a esas experiencias. Además, el MRPS proporciona una serie de estrategias generales y específicas para promover la responsabilidad personal y social y los temas clave que representan la esencia de este enfoque pedagógico (Wright y Craig, 2011). Entre esas estrategias también se encuentran estrategias específicas para resolver conflictos (ver Manzano Sánchez et al., 2020; p. 34-38; para consultar estrategias de resolución de conflictos individuales y grupales). El MRPS se ha implementado con una variedad de actividades físicas, desde baloncesto (Cutforth y Puckett, 1999; Hellison y Wright, 2003; Walsh, 2007, 2008; Walsh et al., 2010) hasta artes marciales (Martinek et al., 2006; Wright y Burton, 2008; Wright et al., 2004), así como múltiples deportes y actividades físicas, como actividades cooperativas, tenis, lacrosse, fútbol, voleibol y esgrima (Caballero-Blanco et al., 2013; Carreres-Ponsoda et al., 2021) y actividades de fitness (Cutforth, 1997; DeBusk y Hellison, 1989; Gordon, 2010; Martinek et al., 2001; Schilling et al., 2007; Schilling, 2001). El MRPS puede ser un vehículo útil para ayudar a los niños a convertirse en ciudadanos más responsables, pero requiere una comprensión clara de los valores subyacentes del MRPS y un compromiso sostenido con la implementación del programa (Hellison y Walsh, 2002). A través del proceso de reflexión utilizado en el MRPS (es decir, reuniones grupales y tiempo de reflexión), se anima a los participantes a reflexionar sobre sus comportamientos e interacciones con los demás, tanto dentro como fuera del programa (Hellison, 1995, 2003, 2011). Durante este tiempo, el facilitador del programa promueve la transferencia de los valores aprendidos a áreas fuera del programa, como el aula, el hogar y el vecindario (Hellison, 1995, 2003, 2011). El objetivo general del MRPS es que los participantes interioricen los valores fundamentales del MRPS para que formen parte de su sistema de creencias y, posteriormente,