el Modelo de Responsabilidad Personal y Social (MRPS)
etapa crucial de su desarrollo. A esta edad, comienzan a formarse sus primeras comprensiones del mundo y de sus interacciones con los demás. Un enfoque de MRPS socialmente justo tiene el potencial de influir profundamente en estas comprensiones, ayudando a los niños a internalizar los valores de responsabilidad, justicia y respeto desde una edad temprana. Como argumenta Camiré (2022), un enfoque educativo que descuida estos aspectos sociales y emocionales está destinado a reforzar las inequidades que en teoría pretende evitar. Implementar el MRPS de una manera socialmente justa implica abandonar la noción de que existe un único camino para el desarrollo infantil, adoptando el MRPS y abrazando la diversidad de experiencias, culturas y contextos que cada niño aporta al aula. En lugar de imponer un currículo de MRPS predefinido, se anima a los educadores a crear entornos donde los niños puedan explorar y construir conocimiento de formas que sean significativas para ellos, abriendo nuevos mundos y posibilidades para los niños. 5.3. Adoptar estrategias contextualizadas y flexibles Si bien las actividades propuestas en este capítulo pueden ser útiles, no deben considerarse soluciones predeterminadas. En su lugar, deben verse como puntos de partida que necesitan ser adaptados y contextualizados para cada entorno preescolar específico. La efectividad de estas actividades depende de la capacidad de los educadores para comprender los contextos culturales, sociales, políticos y económicos de sus estudiantes. Por ejemplo, una actividad como la“Caja de ideas sobre responsabilidad” puede funcionar de manera muy diferente dependiendo del entorno en el que se implemente. En una escuela con una población estudiantil diversa, las sugerencias de los niños pueden reflejar una amplia gama de experiencias y perspectivas. Para que esta actividad sea efectiva, el educador debe ser capaz de facilitar estas discusiones de manera que valore todas las voces e integre estas diversas perspectivas en la vida escolar. La flexibilidad en la implementación de actividades del MRPS es fundamental. Los niños no deben ser vistos como receptores pasivos de un currículo, sino como participantes activos en el proceso de aprendizaje. Esto implica crear espacios para que los niños exploren, cuestionen y contribuyan a la construcción del entorno educativo. Como observa Camiré (2022), la justicia social en la educación no es un destino, sino un proceso continuo que evoluciona a través de la participación activa y crítica de los estudiantes –el MRPS está en constante proceso de “ser”. 5.4. Explorar el potencial transformador de las actividades del MRPS Cuando se implementan de manera socialmente justa, las actividades del MRPS tienen el potencial de transformar el entorno educativo y generar impactos significativos en el desarrollo de los niños. Estos impactos no solo son inmediatos, sino que también tienen repercusiones a largo plazo, moldeando cómo los niños interactúan con el mundo a medida que crecen. Actividades como el “Amigo del día” y el “Juego de roles para la resolución de conflictos” pueden ayudar a los niños a desarrollar habilidades esenciales como la empatía, la comunicación efectiva y la resolución de conflictos. Estas habilidades son cruciales no solo para la convivencia escolar, sino también para la vida adulta, donde la capacidad de navegar relaciones complejas es esencial. Hellison (2011) enfatiza que estas competencias son centrales para desarrollar un sentido de responsabilidad que trasciende el entorno escolar y se extiende a la comunidad y más allá.
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