el Modelo de Responsabilidad Personal y Social (MRPS)
autodisciplinado. Uno de los propósitos del autocontrol es el de evitar conductas violentas. El MRPS mejora la auto-regulación del alumnado porque su metodología le permite pensar sobre sus comportamientos (autoobservación), evaluarlos tomando como referencia los objetivos de la sesión (autojuicio), y canalizar las reacciones emocionales en conductas respetuosas y responsables (autorreacción). 5. Aceptar a todos los compañeros sin discriminación: para conseguir esto, se trabajará el respeto a las diferencias y se buscará la creación de grupos de clase variados. El nivel II trata de alcanzar la participación activa de todo el alumnado y el desarrollo del esfuerzo. Con tal fin, se plantean una serie de objetivos de aprendizaje: 1. Participar en todas las actividades, aunque no le guste, no tenga ganas o no se le dé bien: se debe descubrir la causa que le impide participar y mediar una solución. 2. Demostrar interés y motivación en las tareas: la meta del alumnado siempre debe ser trabajar para aprender y mejorar antes de para obtener buenas notas o el reconocimiento del docente. 3. Creer en sus posibilidades y fortalezas frente a lo que ocurre externamente: el alumnado valora el éxito y el logro que consigue fijándose más en sus mejoras y resultados que en los de los demás (orientación a la tarea). 4. Esforzarse, no abandonar las actividades: participar hasta que finalicen, independientemente del resultado o los errores que cometan. El nivel III persigue la autonomía y la autodirección del alumnado mediante los siguientes objetivos de aprendizaje: 1. Mejorar la percepción de la habilidad y la autoconfianza: elogiando el esfuerzo y los logros personales, independientemente de la habilidad motriz. 2. Llevar a cabo actividades de forma independiente: teniendo la capacidad de elegir actividades que les motiven, desarrollando un programa de ejercicios personalizado, o colaborando en clase con un rol determinado. 3. Establecer metas a corto y largo plazo: debemos ayudar a que el alumnado establezca metas alcanzables y a descomponerlas en pasos más pequeños. 4. Autoevaluarse: reflexionar y analizar el propio progreso y la experiencia en clase de una manera crítica y honesta. 5. Asumir roles de responsabilidad y liderazgo: otorgando un papel activo al alumnado en el proceso de aprendizaje. Pueden ayudar a la organización de la sesión o al desarrollo de una actividad. 1. Ayudar a otras personas cuando lo pidan o necesiten: desarrollar actitudes de cercanía, compasión y empatía hacia las personas que nos rodean. 2. Escuchar y estar atento a las necesidades de los demás (ver Figura 3): potenciar un clima de clase donde se haga presente el respeto hacia las opiniones de los demás, promoviendo la participación del alumnado y dándoles voz en diferentes momentos. El nivel IV corresponde a la ayuda, promoviendo los siguientes objetivos:
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