el Modelo de Responsabilidad Personal y Social (MRPS)

Nivel III. Autonomía y autodirección ŦŦ Programa individual: esta estrategia permite al alumnado diseñar y realizar su propio plan de trabajo. Con ello, se les otorga un mayor poder de decisión y se atienden sus intereses y necesidades. Se debe plantear una progresión en los objetivos a alcanzar y que estos sean medibles, permitiendo al alumnado seguir el plan de manera independiente y autónoma. ŦŦ Establecimiento de metas personales: mediante esta estrategia ayudamos a que el alumnado se proponga objetivos concretos, medibles, realistas y pueda alcanzar a conseguirlos. Promueve la reflexión sobre los objetivos a corto y largo plazo y la creación de un plan para alcanzarlos. ŦŦ Colaboradores de clase: consiste en la asignación de diferentes roles de colaboración y liderazgo que el alumnado pueda desempeñar en clase. No basta con que le digamos a nuestros alumnos que son capaces, deben tener experiencias donde sientan que son capaces y puedan contribuir. De esta forma se beneficia su participación activa y motivación, creando un sentimiento de conexión y pertenencia, y consiguiendo que se sientan valiosos e importantes. Algunas de las tareas de colaboradores más comunes en EF suelen ser: anotar la asistencia, cuidar el consumo de luz/agua, cabeza de la fila, guía para la solución de problemas, coordinar entrega/recogida de material, asistente en juegos/árbitro, etc. ŦŦ Refuerzo positivo y reconocimiento social: esta estrategia busca valorar los progresos del alumnado y ayudar a desarrollar sus capacidades y fortalezas personales en los buenos y en los malos momentos. El refuerzo, el reconocimiento y el aliento del docente promueven el desarrollo de percepciones en el alumnado como “soy capaz” o “puedo influir en lo que me pase y en cómo respondo”, mejorando su autoestima, esfuerzo y motivación. Algunos alumnos, cuando cometen errores o fracasos, tienden a atribuir sus dificultades a una falta de habilidad. El profesor puede ayudar a interpretar estos resultados explicando que para llegar a dominar cualquier actividad se requiere mucha práctica y esfuerzo. Finalmente, debemos evitar las comparaciones con otros compañeros. ŦŦ Autoevaluación: esta herramienta nos ayuda a que el alumnado reflexione sobre sus capacidades y fortalezas, sus errores y áreas de mejora, y cómo pueden aplicar lo aprendido en su vida cotidiana. Al asumir la responsabilidad de evaluar su propio desempeño, el alumnado se vuelve más consciente de su papel en su propio éxito o fracaso. Al participar en el proceso de autoevaluación, el alumnado se siente más empoderado y autónomo en su aprendizaje. Esto puede aumentar la motivación y el compromiso. Nivel IV. Ayuda a los demás y liderazgo ŦŦ Integración de la educación emocional: las actividades de educación emocional pueden ayudar al alumnado a reconocer y entender lo que siente, a superar los obstáculos y manejar el estrés, a mejorar su conciencia social y empatía, y a desarrollar sus habilidades sociales. Algunos ejemplos de juegos donde se trabajan las emociones son las representaciones de mímica o “el virus emocional”, en el que varios alumnos deben “contagiar” a los demás su emoción, tocándoles por el terreno de juego. ŦŦ Enseñanza recíproca: a través de esta estrategia, el alumnado realiza por parejas una determinada actividad en la que un alumno tiene el rol de ejecutante y el otro de observador. El observador

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